martes, 28 de octubre de 2014

Moscas en la Cocina (X) - Alvaro Ledesma

Moscas en la Cocina (X)
- Alvaro Ledesma -

Es verdad. No soy yo. Hay gusanos en el techo.

Influirse a si mismo es comer tus excrementos.
Cada noche cruje un barco dentro del frigorífico.
Los niños serios no son niños.
Demasiados principios sin ser verdades.
Dos pobres eran muy felices.
Cuando todo acabe escogeremos un instante de la vida que sea para siempre.
Incluso estando atento se escapan los momentos.
Los cerebros reparados funcionan con esclusas.
Llorar bajo el agua confunde al inconsciente.
Sin herramientas sólo manos son las manos.
Con los pies en la almohada la inquietud finalizaba.
Da más paz el perdón que la venganza.
Se agotó la paciencia de la manta amarilla.
Comprender es pellejo.
Psiquiatras de psiquiatras en un club de carretera.

No se rinda, zapatilla. No se rinda.

Si vives no pienses.
De entre todas las tareas escribir era la mínima.
Son pero no están los despojos de mucho tiempo atrás.
Apenas logran si son sapos subir los bordillos de la acera.
No sólo a nosotros nos encuentran sentimientos.
Amar de verdad tiene más de tres significados.
Qué estupidez la de abrazarse las magnolias.
Algo de comer bastaría en un lugar donde dormir.
Imagina si no imaginas lo fatal que sería.
Para no errar dobla el sentido.
No es en realidad cuanto sucede.
Cambian de forma las preocupaciones.


Alvaro Ledesma (2014)

jueves, 23 de octubre de 2014

Moscas en la Cocina (IX) - Alvaro Ledesma

Moscas en la Cocina  (IX)
- Alvaro Ledesma -

Olvidaros de la poesía que la vida reparte a hostias.
Mudó un libro desorientado a ser casa deshabitada.

Se está mejor en la cuna.

Los unos sin los otros se vuelven ellos mismos.
Si no sangran las manos sangra el sentimiento.

Hartas de los toldos se amaron las manivelas.

No tienen sexo las luces de los coches.
Exactas las medidas fallaban los colores.

En cadena se cometen los errores.

No hagáis caso a la ansiedad cuando inclina las paredes.
Es de neuróticos atragantarse sin espinas.

Si no es real qué pinta en la cabeza.

Bolas de papel orbitan alrededor de lámparas de techo.
Satisfechos los incautos ignoran lo que llega.

De tanto querer olvidaron amarse.
Suman veinte dedos dos mitades.

Crónicas futuras no alteran el presente.
Viajar en el tiempo sin llevar nada en la mente.

No digo que no exista aquello que pensamos.
Es literatura el final de cada vida.

Se obsesionan los cuerpos por lucir esbeltos.
Presiona tener que hacer y no saber el qué.

Subir escaleras que bajan es más que un juego de niños.
Enhebradas las agujas cosen lenguas de trapo.

Le preguntaban por su nombre y respondía que le gustaba el color verde.
Muerta la memoria se libera el alma.

Se escapa el aire de los pulmones rotos.
Nada extraña a los ojos huecos.

Sueños diurnos contra pesadillas nocturnas.
Cráneos calvos con diademas espantapájaros.

Poco importan los motivos por los que ser polvo de talco.


Alvaro Ledesma (2014)


jueves, 16 de octubre de 2014

Moscas en la Cocina (VIII) - Alvaro Ledesma

Moscas en la Cocina (VIII)
- Alvaro Ledesma -

Todos necesitamos algo diferente que más o menos sea lo mismo.
En las calles se imaginan reales los abrazos entre seres discordantes.
Brotan alambres vivos de los cubos de hormigón sensible.
Parejas sin labios enseñan los dientes.

No hay mayor habilidad que la de construir felicidad y alrededor basura.
Frustrante que sólo dé tiempo a llegar como mucho a idiota.

Hirió de muerte el más inofensivo al sentirse amenazado.
Se detuvo el mar y no quiso ser más.
Era estrella el agujero negro.
Miran los ojos como quieren.

Se atrofiaron mutuamente la inteligencia y la belleza.
Inspira el humo iluminado flotando azul turquesa.
A cincuenta niños en cuarenta camas cuentan cuentos un robot y un astronauta.
Qué miedo el invierno cuando no son cuatro los brazos.

Bésame, suplica el agua al aire con nostalgia.
Vomitan nada de tantos nervios.

Que pasen los de corazón de plástico a la sala de rayos X.
En pulido mármol blanco fue esculpida la postura en la que dormían dos gorilas.

Es crónico perder cabezas.
Lo que ganaron en tres vidas se jugó el nieto en un día.

Por la puerta uno los que quieran saber quiénes son y por la puerta dos los que quieran saber quiénes son los de la uno.
Clavando huesos en las paredes de tierra conseguía escapar siempre de las fosas comunes.

En otro lugar estarán las claves que aquí no se encuentran.
Que se convierta el exceso de dolor en un poquito de placer.
Por más que hiciera la sensación era la nada.
Le enseñó su padre todo lo que sabe.

Al menos que reconforte tanto esfuerzo que no compensa.
Hombres y mujeres corren la misma suerte.
Cuerdas sin cometas descansan en la arena.
Alcanzó el arpón la luna y desde entonces según gira se acerca.

Silencio, moscas.
Escuchar y atender todas.


Alvaro Ledesma (2014)

miércoles, 8 de octubre de 2014

Moscas en la Cocina (VII) - Alvaro Ledesma

Moscas en la Cocina (VII)
- Alvaro Ledesma -

Viven los teléfonos tan estremecidos que sólo comunican cuando están desesperados.
Decir algo que en otro momento creímos tener que haber respondido siempre queda fuera de lugar.

Detrás de los libros de las estanterías de las bibliotecas se dejaban dos locos mensajes secretos repletos de garabatos.
De una bota brotaba una pierna que desde su cintura se reflejaba erguida otra pierna con otra bota que era la cabeza.

Rompe a llorar el hombre más feliz de todos los circos.
Para qué se preguntan los que saben cómo.

Se reunieron de nuevo los caracoles para pintarse cada uno de un color los cascarones.
Sienten pánico los indecisos.

Qué más dará volar sin volar que volar de verdad si al fin y al cabo es igual de arriesgado.
Les falta tanto la gente a las sillas vacías que acaban siendo personas.

No compensa lo rápido que pasa el tiempo a veces con lo lento que transcurre otras.
Fantasía. Siempre la fantasía.

Defendiéndose a coces hirió el burro a un compañero.
A dos grados bajo cero quinientos desquiciados del mundo esperaban en cola su turno.

Encontró huellas de la sensibilidad un explorador en el futuro.
La gravedad en los cuerpos se mide por el impacto de algunos sucesos.

Sólo nuestro nada es mérito.
No tienen a quien consultar las almohadas.

Hay vidas eternas que parecen fugaces.
De qué sirven los contextos si no varían las emociones.

Se cae el contenido de los cajones abiertos cuando las mesillas se dan la vuelta.
Nadie resuelve antes de tiempo.

En los remolinos de rabia se concentra la energía más poderosa.
Luciérnagas de lata iluminan libres y no muertas.

No es trauma el trauma sino todos los siguientes.
Cuando no hay criterio hay misa.

Inventa la vida la mente en otra vida.
Son cada vez más numerosos los otros mundos irreales.

Sigue corriendo el caballo aunque pierda su jinete.
Los colores desmotivados se bañan juntos en mercurio.


Alvaro Ledesma (2014)

jueves, 2 de octubre de 2014

Moscas en la Cocina (VI) - Alvaro Ledesma

Moscas en la Cocina (VI)
- Alvaro Ledesma -

Acompañan las tortugas a la niña sumergida.
Se retrasan los relojes cada vez que se emborrachan.
Demasiado tarde cuando el placer se hace vicio.
Desafortunados los que no quieran morirse.

Qué mentirosa la felicidad cuando nos hace creer que volverá.
Se repiten los números a partir del nueve.
Hay estupideces maravillosas.
Se hunden los flotadores.

Paso a paso tampoco se avanza mucho.
Son desoladores los camiones frigorífico.
Cuatro paraguas abiertos sirven de casa a un mendigo.
Silban a un perro que absorto miraba hacia arriba.

No son tan absurdos los sueños que olvidamos.
Para muchos de los otros lo normal es surrealista.
Vacas despiezadas cuelgan ordenadas.
Ríos coagulados reptan sin destino.

Gimotean aturdidas ciento cincuenta copias de una llave equivocada.
Se quedaron sin aliento dos hebillas congeladas.
No responde el eco de las cuevas inundadas.
Otro día más sin saber a qué se refiere el sol cuando se esconde.

Piojos delineantes trazan planos desconcertantes.
Dardos de cristal aguardan momificados en estuches de terciopelo.
Van de la mano el don y la condena.
Abrazos de carne con carne no se dan de cualquier manera.

Giros dentro de giros tiempo perdido.
Dos gotas de ira mezcladas en almizcle son excelente perfume para la eterna impotencia.
Existen personajes que camuflan sus males.
Transforma al hombre cambiar sus hábitos.

Fotografiar los sentimientos es captar lo que no vemos.
Atacan las bestias cuando menos te lo esperas.

Nada un pez entre sus manos.


Alvaro Ledesma (2014)